jueves, 17 de julio de 2008

Los ultimos pasos

En Pai, el pueblito Hippie por excelencia en el norte de tailandia, nos relajamos en las hamacas paraguayas, nos bañamos en la pileta del hotel que gozaba una maravillosa vista a las montañas y a un campo de arroz, y paseamos en moto por los alrededores mientras que por las noches nos deleitábamos con las banditas locales que tocaban música de estilo hindú y demás músicas extrañas. Parimos en el tren nocturnos que nos dejaría en BAngkok para que el destino decidiera por si mismo que nos vendríamos a Ko Samet, una isla de 5 kilómetros a 4 horas de la capital...
Y muchos se preguntarán ahora cuando me vuelvo!!!?? y esa pregunta ya tiene respuesta dado que hace unos cuantos días decidimos que nuestros cuerpos habían gozado lo suficiente de estas tierras y que ya estaban preparados y lo suficientemente cansados para emprender la vuelta, por lo que el 21 estaremos volando desde bangkok para madrid. Decidimos entonces, pasar nuestros últimos días en la playita y con el adormecedor ruido del mar, y relajar nuestros rostros con los últimos soles asiáticos, una movida nocturna bastante interesante adecuada para agitar un poco el esqueleto y sin mucho mas que contar que un horizonte que se pierde en el mar y una calma interior redundante....
Y así se acerca a su fin este viaje, estos 4 meses de emociones, sabores y sentidos. Se acerca a su fin y hoy quiero agradecer a quienes siguieron y compartieron de cerca esta maravillosa aventura.
Y dejo este sudeste asiático...que tan amablemente me abrió sus puertas a un mundo oriental de códigos y costumbres distintas, que exploro con delicia y que llenan mi espíritu de sensaciones frescas, nuevas y simples.
Hoy cierro este viaje que recorrió no solo el exterior de estos remotos pagos sino también el interior de mi esencia y que me recordó el placer de volver a reencontrarme una y otra vez para poder descubrirme a su vez ...una y otra vez.
Y vuelvo a una casa que no tiene techo ni suelo, a una casa que no tiene dueño ni me adueña. Vuelvo para poder siempre partir hasta encontrar ese rincón del mundo que me muestre sus definitivos huesos.
Y me amoldo y me remodelo sobre un camino donde los pasos se pierden en el rastro dejando huellas profundas y recuerdos inolvidables.
Hoy cierro este viaje, simplemente para abrir el corazón, el alma y la mente a muchos otros mas....

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